Michelle Bachelet, February 12, 2006

Bachelet

There have been a quarrel increasing for the last months between Argentina and Uruguay. The issues are two mega cellulose plants being built at the Uruguayan place of Fray Bentos right in front of the Argentinian touristic city of Gualeguaychú across the Uruguay river. After many demonstrations and road blockades by the Argentinian protestors, backed by a Greenpeace team, and some useless high level summits between presidents of the two countries, the dispute seems to reach the The Hague Court.
This article sums up the story of another cellulose plant in Chile where a sanctuary for the black neck swan was destroyed by the contaminant flowing.
The paradox is: today rulers in the three countries are of the same left-of-the-center (or populist as some people label it) stock which cheered to one another as they reached their places. These kind of politicos, it seems, are too weak to impose tight controls on needed foreign investors, on one side, and to tell an awful truth to its electors, on the other.

Durante los últimos meses ha estado creciendo un conflicto entre Argentina y Uruguay. La disputa es por dos mega plantas de celulosa en construcción en la localidad uruguaya de Fray Bentos, frente a la ciudad turística argentina de Gualeguaychú, cruzando el río Uruguay. Luego de varias demostraciones y bloqueos de ruta por los manifestantes argentinos -respaldados por un equipo de Greenpeace- y algunos inútiles encuentros de alto nivel entre los presidentes de ambos países, la disputa parece alcanzar a la Corte de La Haya.
Este artículo resume el caso de otra planta de celulosa en Chile, donde un santuario para el cisne de cuello negro fue destruído por los afluentes contaminantes.
La paradoja es: los actuales líderes de los tres países son del mismo origen de centro-izquierda (que algunos llaman poulismo) y se aclamaron el uno al otro al ocupar sus lugares. Esta clase de políticos, parece, son demasiado débiles para imponer controles estrictos a las inversiones tan necesitadas, por un lado, y para contarles una fea verdad a sus electores, por el otro.